Revisionismo histórico
Pablo Lagallé

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    ANTECEDENTES DE LA HUELGA RURAL DE 1921 EN SANTA CRUZ

    1919 – Los vaivenes económicos que venían sacudiendo la República desde años atrás, debatiéndose entre días prósperos y negras jornadas en distintos órdenes, tenían en vilo la presidencia de Hipólito Yrigoyen . Hechos puntuales agudizaban la crisis, siendo el fin de la primera guerra mundial uno de ellos. Si a la indomable patagonia nos remitimos, esta tierra donde el negocio en torno al ganado ovino, totalmente monopolizado, conformaba su principal fuente económica – no exenta de la crisis nacional e internacional- , padecía el estancamiento de las exportaciones de lana que directamente no salían de los puertos.

    Por otra parte la mano de obra patagónica conformada en su mayor porcentaje por extranjeros, era constantemente sometida a abusos de todo tipo y característica que pueden verse reflejadas en diferentes huelgas desde 1914, fecha en que se registra el primer movimiento obrero en el territorio, en estancia “Mata Grande” de Guillermo Patterson en la zona de Puerto San Julián.

    Allí y entonces, el motivo de reclamo por parte de la peonada, consistió en no pagar la comida que era descontada del jornal, los peines y cortantes que se destruían durante una jornada de esquila ni los honorarios del médico, que hasta ahora era obligación de los obreros.

    La paralización de tareas en el Frigorifico “Swift” de Río Gallegos a principios de 1915, la huelga del 20 de abril de 1917 - primera tentativa de paro general de Río Gallegos, en reclamo de la abolición de castigos corporales a los peoncitos menores de edad por parte de los capataces, y la huelga general de empleados de comercio en Puerto Deseado en abril de 1918, iban marcando el camino hacia los sangrientos sucesos del 21.

    La antesala de la gran masacre en Santa Cruz, que inicia con manifestaciones y posterior generalización de la huelga de peones rurales en Río Gallegos a fines de 1920 y comienzo de 1921, en reclamo de justificadas reivindicaciones, movió al Presidente Hipólito Yrigoyen a enviar al coronel Héctor B. Varela a poner orden en la zona, logrando este que las partes en conflicto, llegaran a un avenimiento que traería posteriormente graves consecuencias.
    El triunfo obrero que no reconocía antecedentes en el país y que se tradujo en un pliego de condiciones firmado en Río Gallegos el 30 de enero de 1921; a regañadientes de poderoso latifundistas del sur de Santa Cruz poco conformes con el acuerdo, no solo quedará en la nada mese después, sino que además se transformará en sentencia de muerte para los que habían osado levantarse.

    Esta solución pacifica del conflicto, dejo insatisfecha a la Sociedad Rural, estancieros y ganaderos, quienes creían irrisorio que no hubiesen castigado a los obreros por haber realizado la huelga, y que además se les otorgara una compensación por los días no trabajados durante el paro.

    Al llegar el verano de 1921, el conflicto volvió a estallar pero ahora con mayor virulencia. Grupos de delincuentes infiltrados entre los huelguistas cometieron desmanes que se atribuyeron a los trabajadores. Mientras los obreros pensaban nuevas reivindicaciones, los grandes diarios de Buenos Aires denunciaban hechos de vandalismo en la patagonia, sin hacer distinción entre éstos y los auténticos reclamos de la peonada. Los obreros, convencidos de que los patrones no cumplirían nunca lo prometido, dieron a su protesta mayor fuerza, por lo que Yrigoyen resolvió nuevamente el envío de tropas de caballería al sur nuevamente a cargo del antes mencionado Varela, fuerzas que embarcaron el 4 de noviembre de 1921 con destino a la patagonia.

     

    Para el Capitán Elbio Anaya, partícipe indiscutible de esa gran masacre,  la diferencia entre la primera y la segunda expedición de Varela a la patagonia, estará signada por lo pacífico de una contra lo sangriento de la otra, realidad que tomará verdadera dimensión a medida que ahondemos minuciosamente en los hechos de zona centro de Santa Cruz, recorriendo cada uno de los sitios donde ocurrieron los hechos más trágicos. 

    LA HUELGA DEL21

    Como si el azar numerológico diera muestra cabal de su influencia en el mundo de las realidades, “trece” fueron las palabras que el presidente Yrigoyen dio a Varela, desatando así uno de los crímenes más terribles de la humanidad : "Vaya Teniente Coronel; vea bien lo que ocurre, y cumpla con su deber."

     

    El Teniente Coronel Varela - jefe de la expedición - acompañado de los capitanes Pedro Viñas Ibarra, Pedro E. Campos y Elbio C. Anaya, arriba a Santa Cruz, en el convencimiento de haber sido traicionado por los huelguistas, lanzándose inmediatamente en una brutal represión, a la caza de obreros rurales, donde más de un millar de huelguistas fueron fusilados; los de mejor suerte reintegrados por la fuerza a las estancias, mientras que otros debieron huir.

    Los trabajadores, apostaban al arribo de una solución con la llegada de Varela, por lo que evitaban enfrentamientos con las tropas nacionales, rindiéndose en la esperanza de “parlamentar” con él.

    Muchos estancieros representantes de intereses mezquinos, contribuyeron conjuntamente con el Ejército Argentino, - por cuanto comparten responsabilidades -, en el asesinato de hombres inocentes, participando en la selección y sentencia a muerte sin juicio justo, no solo de  cabecillas o líderes de la revuelta, sino a quienes detestaban o simplemente debían algún jornal que no deseaban pagar.

    Los cuerpos semienterrados, incinerados, despojados de sus pertenencias y documentos que los hace ver “huérfanos del mundo”, están en Santa Cruz para testimonio de lo ocurrido, y nuestra misión en esta ocasión consistirá en devolver la identidad de los fusilados en la lucha por sus ideales, revalorizando las figuras de quienes hicieron la huelga.

    En esta revisión histórica, nos ocuparemos del gaucho José Font, alias  “Facón Grande”, reconocido por su participación en la huelga como líder de los obreros en protesta.

    Lo que se ha dicho de él desde la versión oficial, no lo beneficia en absoluto, más bien se lo muestra como sanguinario rebelde y matón, por lo que en esta oportunidad, la prioridad estará centrada en revelar y analizar detalles biográficos de esta persona, pretendiendo comprender los motivos por los cuales arriba a Santa Cruz, las verdaderas intenciones que lo traen a este territorio y por supuesto su participación en los sucesos que lo llevarán a encontrar una muerte trágica pocos años después. 

    Pablo Lagallé

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